Por M. A. Rosa E. Sandoval Conde de Villeda, Universidad Mariano Gálvez de Guatemala

Con la llegada de la pandemia del coronavirus a nivel mundial, el maestro ha tenido que cambiar su forma de trabajo y, a pesar de que NO fuimos formados para trabajar de esta forma, este año hemos enfrentado la situación y hemos sacado adelante a nuestros alumnos. Debemos tomar conciencia de que debemos actualizarnos y reinventar la forma de enseñar y formar, pues la tecnología nos ofrece una gran cantidad de herramientas que nos sirven de apoyo para mejorar esta nueva forma de mediar entre los contenidos y el alumno.

Hemos visto y escuchado muchas quejas de padres de familia y alumnos por la carga de tareas y actividades en casa, especialmente en estos momentos en que la educación y formación presencial se invirtieron, haciendo que a través de las guías de autoaprendizaje, ya sea por medios digitales o en forma física, sea el alumno quien investigue por su cuenta y realice las tareas asignadas. 

Esta situación nos lleva a reflexionar si a través de dichas tareas y actividades se está respondiendo al logro de competencias o simplemente estamos cumpliendo con un requisito para cumplir con los contenidos del CNB o del programa.

Las tareas o actividades escolares cobran en estos momentos muchísima más relevancia, porque será a través de ellas que los alumnos tendrán que alcanzar las competencias del currículo y ser promovidos de grado. Lejarza (2010) define tareas escolares como: “las actividades escolares a desarrollar tras el  proceso lectivo en los centros educativos”, y éstas, en nuestro país, se denominan tradicionalmente con el término de “deberes”.  En la práctica y en la tradicional educación presencial, las tareas se trataban de trabajos complementarios a los realizados dentro del aula, que el docente solicita a sus alumnos tomando en cuenta la planificación curricular y las necesidades de aprendizaje de los estudiantes a través de ejercicios de refuerzo y consolidación de lo enseñado-aprendido, pero en la actualidad las tareas y actividades son las que prácticamente están cubriendo el rol del docente. 

Por otro lado hablamos de la dosificación de tareas, y el término común de dosificar se refiere a establecer la cantidad de un medicamento que ha de ingerirse en una toma, y si trasladamos la dosificación a las tareas según el Diccionario Enciclopédico Océano (2011) no es más que: “graduar cada etapa de un proceso” (p.314).

Deducimos entonces que la dosificación de tareas escolares significa graduar los deberes de manera oportuna, de tal forma que favorezca el aprendizaje acertado de los estudiantes, y no implique para los alumnos una sobrecarga que pueda afectar el rendimiento.  Si a esto agregamos que los alumnos no tienen conocimiento de qué aspectos se van a evaluar en la tarea, y tampoco conocen los resultados de la tarea presentada, ni hay una retroalimentación, podemos decir que estas tareas no han sido muy provechosas.

Y si a lo anterior agregamos que en Guatemala, en los ciclos Básico y Diversificado del nivel medio, los cursos son impartidos por diferentes docentes, ya que deben contar con una especialización para impartir el curso, y si cada docente deja una carga fuerte de tareas, el alumno se verá agobiado tratando de cumplir con las tareas, pero no se estará alcanzando la competencia establecida en la misma.

Las tareas como tal deben tener un significado para el alumno, y el docente debe tener claridad de cuál es el indicador de logro y la competencia que se espera alcanzar con esa tarea.

A manera de contribución en la elaboración de tareas significativas y que contribuyan a un mejor trabajo, a continuación comparto una lista de estrategias para coordinar la dosificación de tareas:

  1. Establecer a través de un formato: contenidos, materiales y recursos, definir con claridad la competencia que se desea alcanzar.
  2. Calendario de tareas: tipo de tarea, tiempos sugeridos y puntos que se asignarán.
  3. Evaluación de la tarea: se debe acompañar a la tarea la forma en que se va a evaluar a través de una rúbrica, lista de cotejo, escala de calificación o de rango etc. (ver herramientas de evaluación en el aula CNB MINEDUC). 

Recomendaciones para el tipo de tarea

Fuentes bibliográficas

  • Lejarza, M. (2010). En busca del éxito escolar: realidades y soluciones. Madrid, España: Book Print Digital S.A.
  • MINEDUC Guatemala. (2011). Herramientas de Evaluación en el Aula. 3ra edición. www.mineuc.gob.gt
  • Ministerio de Educación del Ecuador. (2018). Guía de tareas Escolares. 2da Edición. www.educacion.gob.ec