Por Fernando José González Enríquez (edad 9 años) – Universidad Panamericana – Consorcio de Universidades de Guatemala

Parte II
“Enséñame a pensar y hacer”

¿Cómo queremos aprender? El triángulo del aprendizaje

El triángulo del aprendizaje se basa en un método innovador que puede ser usado por estudiantes fácilmente. El triángulo del aprendizaje tiene tres fases básicas:

  1. Aprende
  2. Analizar
  3. Aplicar
Aprender

El aprender es el paso más fácil y también el más importante. El aprender no es solo que algo te venga por un oído y salga por el otro. ¡No!, es escuchar y entender lo que te dicen. Escuchar es algo muy diferente a oír. Escuchar es oír lo que te dicen y entenderlo. Para escuchar, necesitas oír con la oreja, el cuerpo, la mente, y el corazón. Al aprender tú debes oír lo dicho con el oído, entender con la mente, aplicar con el cuerpo, y guardarlo en el corazón.

Analizar

Al analizar lo escuchado, lo que más se usa es la mente. Debes entender lo que se está enseñando y pensar cómo puedes aplicarlo en tu vida. Pero al analizar, no solo se usa tu mente, también debes usar el corazón para guardarlo. Si no, un día te recordarás de lo que aprendiste; pero como no está en tu corazón, ya no te importara, tu cerebro buscara la manera más rápida de desecharlo.

Aplicar

Aplicar es un paso crucial para el aprendizaje. ¡Digo, para algo te tiene que servir lo que aprendiste! Para aplicar debes de pensar cómo se usa lo que aprendiste. No puedes darle un uso sin sentido como por ejemplo; “aprendí a manejar, ahora lo usare para hacer pizza”. ¡No!, debes pensar lógicamente en el para qué te sirve lo aprendido.

Al maestro, esto le debería importar mucho ya que puede ayudar en las enseñanzas. Los maestros pueden tomar el aprender y aprovecharlo al máximo para que sus alumnos sean muy innovadores en un futuro cercano. La enseñanza no debe ser muy difícil de analizar, pero tampoco muy fácil. Algo a su nivel. Cuando finalmente llega el paso de aplicar, puede ayudar a los estudiantes haciendo simples preguntas como: “¿Para qué pensarías tú que sirve esto?” y ayudarlos un poco a aplicarlo.

Siendo bueno al pensar

¿Cómo nos podemos volvernos buenos pensando? Solo hay una respuesta para esta pregunta. Y por más extraño que parezca, es más simple que nada: pensando. No nos podemos volver buenos en algo de ninguna manera si no hacemos aquello en lo que nos queremos ser buenos. He aquí un ejemplo: Imagínense que yo soy una persona que quiere aprender snowboarding (surfear en la nieve) a pesar de que quiero aprender eso, nunca lo hago, nunca lo practico. Pasan semanas; no practico. Pasan meses; no practico. En el cabo de unos años me siento decepcionado porque no sé cómo hacer snowboarding. ¡Bueno pues! ¡Si nunca hice nada nunca aprendí nada! Es igual con el pensar. Para ser buenos pensadores, hay que pensar. No me refiero a pensar de que estamos pensando cómo pensar la manera de ser buenos pensando. Siempre lo he pensado así. Es más simple, la verdad. Practiquen el pensar y serán buenos analizando. No hay otra manera.

Vamos con todo cuando aplicamos

Cuando vamos a aplicar lo que aprendimos, hay que tener una buena actitud. ¡Hay que ir con todo! Para los maestros, a quienes les dirijo este artículo les digo que lo tomen como ejemplo, que explico a continuación.

¿Qué aprendiste? Ah, yo aprendí a enseñar con ternura. Cuando regresa a dar clases dice; “Bueno niños les voy a tratar con ternura porque así decía un artículo que leí; pero ahora déjenme dormir” y boom, la cara en el escritorio. ¡Eso nunca! Cuando aplicamos algo que aprendimos, ya sean estudiantes o maestros, hay que ir con todo, con una buena actitud. Nada de mal humor. Nada de “Ay, es que se me olvidó”. No. Buena actitud siempre. “¡Pero esto aburre!” no, buena actitud.

No importa que pase o que se esté aplicando, usted maestro debe tener una buena actitud al enseñar. ¿Pero por qué?, es simple; porque así es más productivo, más formal, y más innovador. Y, al ser así, ayuda a que los alumnos no se aburran mientras aprenden bien, basados en su buen humor. La buena actitud es lo que cada maestro debería tener.